miércoles, diciembre 21, 2005


La navidad y el año nuevo en el pueblo…

Uno de los recuerdos más grandes que tengo es el evento que cada año se hacía con motivo del pesebre con figuras humanas en la plaza. Recuerdo que un año nos vestimos de reyes magos con el Eduardo Arias y el Cristian Pérez, llegamos a caballo a la plaza que era el lugar del pesebre, allí nos bajamos y en el proscenio estaban los demás personajes del nacimiento. El pino de la plaza estaba completamente adornado con grandes luces y desde allí bajaba una estrella que guiada por un alambre llegaba hasta el lugar exacto donde se había construido el pesebre, seguimos esa estrella y llegamos al lugar del nacimiento y de allí a seguir la representación del nacimiento con todo el pueblo presente.

Otro recuerdo es la espera de los regalos que llegaban generosos de nuestros padres, parientes y también de mis padrinos de nacimiento don “Moni” Henríquez y doña Rebeca Pérez. En la nochebuena llegaban infaltables los obsequios más hermosos y cada mañana de navidad salíamos a la calle y a la plaza a probarlos y a juntarnos con otros niños y niñas del pueblo que habían recibido lo suyo. Esos momentos imborrables son uno de los tantos agradecimientos eternos hacia mis padres y mis padrinos.

También es importante recordar que para el año nuevo se preparaba un baile popular en la escuela o después en la multicancha y cada familia cenaba en sus casas, hasta escuchar las campanadas de la iglesia que muchas veces tocaba el Pato Ramos y ahora mi hermano Jaime, y después todos al baile vestidos con sus mejores galas y costaba caminar, porque todos somos conocidos y todos nos dábamos un abrazo y toda la gente con mayor o menor afecto se deseaba el mejor de los años nuevos. Luego a bailar y otros, los de siempre, a atender el baile que lo organizaba la Junta de Vecinos o el Deportivo o ambas instituciones en conjunto.

Hoy desde la distancia a cada de los peralillanos y peralillanas les deseamos la mejor de la navidades y el más próspero de los años en este 2006.

Iván Salas Madrid y familia, Arica, diciembre de 2005.

jueves, diciembre 15, 2005

ALGUNOS RECUERDOS DEL TRANSPORTE EN MI PUEBLO Y EN EL VALLE…

Tal vez los jóvenes que hoy viven en Peralillo no entenderán el sentimiento que hay detrás de estos detalles de la historia de mi pueblo, principalmente porque hoy es muy fácil llegar a Vicuña, a La Serena y Coquimbo, pero para la gente mayor como sus padres, sus abuelos y bisabuelos no era tan fácil y, por lo mismo, significó parte importante de sus vidas….

Primero una mención inevitable al “ELQUINO”, el tren que transitaba desde Rivadavia hasta la costa por la ladera norte del valle, este tren, que tenía estaciones en la mayoría de los poblados que hoy conocemos, protagonizaba la vida de la gente del valle, ya que era la forma más usada para ir a Vicuña y sobretodo a La Serena y Coquimbo. Principalmente era un tren que llevaba los generosos productos agrícolas del valle hacia las ciudades donde se les consumía y pagaba muy bien por ser primores y por su calidad innegable, allí se transportaban tomates, uvas, damascos, ajíes y otros productos. El Elquino marcaba también la vida de los habitantes de los pueblos, ya que su llegada era el aviso de la hora, de la visita anunciada de algún familiar sobretodo en verano. En fin hoy sólo queda de esa realidad algunos vestigios de las estaciones en los pueblos, más un largo camino vehicular que se mantiene sin los rieles y durmientes y que los jóvenes sólo atinan a mirar incrédulos y decir: ¿por aquí pasaba un tren?

Segundo es necesario recordar los inicios de la entrañable línea de buses “VÍA ELQUI” que comienza a transitar por el valle aproximadamente por allá por los años 1960 cuando Don Casiano Galleguillos pone al servicio de la gente una micro que une el valle con la costa, a través de lo que hoy se conoce con el nombre de “Camino Antiguo”. Este trayecto se hacía principalmente bordeando la ladera sur del valle y con los mismos propósitos del “Elquino”; demoraba varias horas el llegar a La Serena, ya que el camino era muy estrecho, peligroso y normalmente en mal estado, en esos primeros tiempos el chofer principal era el posterior dueño Don Aliro Galleguillos. Aquí es importante destacar que al amparo de esta micro se formó una actividad bastante pintoresca que eran “Las canasteras” que prácticamente se convirtieron en las principales clientas y sostenedoras de la Vía Elqui. Ellas eran algunas esforzadas señoras de los pueblos, principalmente de Peralillo, que llevaban en “canastos”, cajones y cajas diferentes productos típicos del valle, donde destacaban la uva, el tomate, el damasco, el ají, y muchos otros. Entre éstas destacan las pioneras que eran mi abuela Artemia Barraza, y Doña Agustina, luego la señora Palmira Álvarez de Ramos, de Coquimbo venía a los mismos propósitos la Señora Chela y tantas otras personas que lograban su sustento llevando en los “lomos” de esta micro las delicias del valle. Era típico ver en Peralillo algunos días el paradero lleno de esos bultos que serían subidos a la micro. Ese paradero que estaba al frente de la casa de mi tía Nelly Rojas y donde se centralizaba todo el movimiento en torno a la micro, allí teníamos que comprar con anterioridad los pasajes, luego allí había que esperar la micro (que a esas alturas ya eran varias), estas micros tenían un horario determinado y generalmente iban llenas de gente y de paquetes. Luego, pasado ciertos años esas mismas micros nos llevarían al liceo y sería también parte de nuestras vidas…. Hoy todavía subsisten adaptándose a la modernidad y a los nuevos caminos…

Finalmente algunas nostalgias transformadas en preguntas… ¿se acuerdan del taxi de Don Humberto “Peto”, de la otra micro que cariñosamente llamamos “La Local”, de los colectivos que eran de Don Chiro, del Turco, de Don Raúl Rojas…?

miércoles, noviembre 30, 2005


FOTOS DEL ACTO REALIZADOCON MOTIVO DE LA DESPEDIDA DE LA ESCUELA ANTIGUA GENTILEZA FELIPE BONILLA


POR FIN SE VA A CONSTRUIR UNA NUEVA ESCUELA EN PERALILLO.

Por diferentes medios me he enterado que una inquietud muy sentida de mi pueblo por fin se va a concretar, se trata de la construcción de una nueva escuela. Esta construcción se realizará a partir de Enero de 2006 en el mismo lugar donde está la actual escuela “Edmundo Vidal Cárdenas”, o F-63, o la antigua Escuela Coeducacional nº 15, o la más antigua aún Escuela de Hombres de Peralillo.

Este proyecto apareció publicado el día 19 de Noviembre, en el Diario Oficial, por mandato del Ministerio de Obras Publicas, Dirección de Arquitectura, Región de Coquimbo. Se trata de la Propuesta Publica de la Reposición Escuela de Peralillo. Financiamiento ministerio de Educación y el Gobierno Regional.- Según esa propuesta es un edificio moderno, incluso con ascensor, se realizaron cambios en el diseño y el frontis de piedra se estaría respetando.

Un poco de Historia…

Consultando con algunos antiguos habitantes de Peralillo, no hay claridad exacta de la fecha en que empezó a funcionar la escuela en el lugar actual. Se supone que fue a principios del siglo pasado o finales del siglo XIX. En esos comienzos debería haber sido apenas unos cuartos de madera que servían para entregar educación mínima. Luego en las primeras décadas del siglo XX se empezó a consolidar en ese

lugar, lo que luego sería la Escuela de Hombres de Peralillo, donde asistieron muchos de los ac

tuales padres, abuelos o bisabuelos del pueblo. En esa época las mujeres tenían su local escolar en las dependencias en que después funcionaría el retén de Carabineros de Peralillo y luego la Posta Médica del pueblo y que pareciera que actualmente está ocupado por un proyecto de artesanía dirigido por la señora Wilda Rojas.

Posteriormente en la década del 50 se construyó el actual edificio que consistía en una especie de L, el cual se fue complementando en el tiempo con sucesivos anexos y ampliando tanto hacia el este como hacia el sur, en esos casos con terrenos cedidos tanto por Don Enrique Rojas como don Santiago Valencia y Enrique Madrid. De tal forma quedó lo que actualmente es la escuela de Peralillo, donde tantas generaciones hemos asistido y dado nuestros primeros pasos en la formación personal y educativa.

A celebrar y a despedirse del viejo edificio…


Hoy ese edificio es el que se piensa demoler y, si bien es cierto, esto constituye un gran avance para el pueblo y sobretodo para las futuras generaciones que allí se van a educar, no es menos cierto que todos aquellos hombres y mujeres que allí se educaron sentiremos una gran nostalgia por ese lugar, donde tantos recuerdos y vivencias se forjaron.

Es por eso que hoy 30 de noviembre de 2005, se va a realizar en esa escuela un acto de despedida del viejo edificio, donde participarán todas las fuerzas vivas del pueblo, Comunidad Escolar, Ex alumnos y alumnas, Club Deportivo, Club de huasos, Junta de vecinos, etc. Se hará un acto solemne en la Escuela, el cual concluirá con un desfile de honor en las afueras del recinto, donde se presentará todo el pueblo organizado, incluyendo la antigua banda escolar.

Próximamente espero tener más información y espero que algún peralillano me mande fotos de ese evento para poder publicarlas en este blog.

Recuerden mi correo es ivansalaslenguaje@gmail.com

Con la alegría propia que trae la renovación y la nostalgia que dan los buenos tiempos vividos… se despide Iván Salas Madrid

viernes, noviembre 25, 2005



















El club del adulto mayor de Peralillo.

Con este relato quiero tratar de llevar a las palabras una de las sensaciones más intensas y placenteras que he vivido últimamente en mi pueblo, se trata de lo que me pasó en noviembre de 2004, fecha en la cual excepcionalmente pasé unos días por allá.

Estaba por Peralillo tratando de descansar y en eso me llegó una invitación inesperada, se trataba de asistir a la inauguración de la sede del club del adulto mayor, primera reacción…¿De qué estamos hablando?, segunda… ¿Dónde es esto? Respuestas: se trataba de inaugurar una sede que habían terminado de construir un grupo de peralillanos y peralillanas que se juntaron formando un club de adulto mayor, en el cual hacían actividades amparados en los planes del gobierno para la tercera edad. Esto estaba en un terreno que les cedieron a un costado de la posta, donde les alcanzó para construir una sede en la cual tenían sus reuniones y actividades.

Así que me alisté para la ocasión, con la idea de ir unos momentos a pasar la tarde con gente linda que me vio crecer y que todavía me dice “Ivancito”. Pero era bastante más que eso, de partida me reencontré con un amigo de la infancia, el Jano Valencia, el cual estaba allí por dos razones , la primera porque su madre era parte de ese grupo, la recordada profesora Rosa Cortés y la segunda porque él está dedicado a labores sociales dentro de algunas organizaciones gubernamentales e iba como invitado.

Allí estuvimos conversando de los tiempos mozos y viviendo yo creo las mismas sensaciones, ya que iban llegando los protagonistas y cada saludo era un momento de gran emoción, donde dos ex cabros chicos, ahora ya crecidos, estaban con ellos en este momento tan importante, con don Marcial Vergara y su esposa, don “Kako” Arias y esposa, don Lelo y la Mireyita, don Rigo Astroga y sus esposa, doña Violeta Rojo que me pescó y me sentó al lado de ella y del Dixon Pérez, su hijo, que estaba allí como representante del grupo folclórico. De doña Eliana Meléndez, de la señora Wilda Rojas, de la señora Magdalena Palta, esposa de Don Rubén Urquieta, de las hermanas Alcayaga, de la mamá de la Jacqueline Estrada, de la viuda de don Alfonso Rojas y tantas otras personas.

Una de las primeras cosas que me mostraron fueron una serie de fotografías de la gran cantidad de actividades en que ellos y ellas ya habían participado, tanto para reunir fondos para la construcción de las sede como en las diferentes presentaciones artísticas en el valle. Cada foto me iba llenando de una gran sorpresa al ver a gente que uno concebía como muy quitada de bulla, disfrazada, bailando, desfilando, etc.

De allí apareció la recién electa alcaldesa la señora Gloria Torres, la cual fue recibida con mucha alegría por todos y sobretodo por doña Teresa Cabrera que la llenó de elogios por su triunfo, por ser mujer y por haber ayudado a este grupo de la tercera edad: “y un aplauso para la alcaldesa, y que linda que es la alcaldesa y un brindis por la alcaldesa y todos aplaudían y brindaban”.

En ese momento empezó oficialmente la inauguración, ya que la otra invitada del gobierno regional no llegó y parece que había mandado una representante o algo así...

De aquí empezó una seguidilla de números artísticos, cada cual más sorprendente, ya que las señoras que yo veía desde siempre por el pueblo en sus quehaceres domésticos, ahora se convertían en bailarinas, en poetisas, en declamadoras, en modelos que presentaban disfraces y atuendos que ellas mismas confeccionaban.

En uno de esos números artísticos, ellas sacaron a bailar a todos los varones (que éramos pocos) y de allí para adelante no paró el baile y se turnaban para bailar con los varones o entre ellas, como si fueran muchachitas de disco que no tenían pareja y que en grupo igual se divertían. Que bello ver bailar a la señora Ana Cerda, a doña Viole y a tantas otras que me demostraban que la alegría estaba en sus vidas y que yo jamás terminaría de sorprenderme por eso.

Finalmente se cortó la cinta de la inauguración y allí vinieron algunos discursos alusivos al momento y fue allí cuando mi sorpresa y mis sentimientos llegaron al máximo, los veo a todos hombres y mujeres juntarse al centro de la pista y empezar a entonar el himno del adulto mayor, donde sus voces temblorosas me decían que no los olvidará, que cada uno de ellos tenía todavía mucho por ofrecer, que un anciano era la sabiduría y la experiencia; y todo eso no era sólo palabras, ya que ellos para mí siempre han sido eso y mucho más; y allí estaba la historia de mi pueblo. Y mis lágrimas brotaron y mi aplauso salió espontáneo desde muy adentro; y en alguna medida mi alma se limpió de mucho peso que tenía, de allí a agradecer a todos los presentes…y decían más encima que eran ellos los agradecidos…. Muchas gracias por un momento inolvidable y si alguno de ustedes viejitos y viejitas lindas llega a leer estas palabras ojalá las pueda traspasar a todos los integrantes del club.
Con el cariño de siempre Iván Salas Madrid.

domingo, octubre 23, 2005



PUEBLO MÍO QUE ESTÁS EN LA COLINA

Esta canción resume el sentimiento de todos los que abandonamos el pueblo natal y deseamos volver alguna vez a él, creo que la primera vez que la escuché fue en la voz del "Garrincha" o en la guitarra del Yayo Valdivia. Ahí dejo la letra para ver si alguno de los nostálgicos del pueblo sienten lo mismo que yo


Que será


Pueblo mío,
Que estás en la colina,
Tendido como un viejo que se muere,
La pena y el abandono,
Son tu triste compañía,
Pueblo mío,
Te dejo sin alegría.

Ya mis amigos,
Se fueron casi todos,
Y los otros partirán
Después que yo,
Lo siento porque amaba
Su agradable compañía
Mas es mi vida Y tengo que marchar.

Qué será, qué será, qué será,
Qué será de mi vida, qué será,
Si sé mucho o no sé nada,
Ya mañana se verá,
Y será, y será, lo que será

Amor mío,
Me llevo tu sonrisa,
que fue la fuente de mi amor primero.

Amor te lo prometo,
Cómo y cuando no lo sé,
Más sé tan solo, que regresaré.

Qué será, qué será, qué será,
Qué será de mi vida qué será,
Si sé mucho o no sé nada,
Ya mañana se verá,
Y será, será, lo que será.

Qué será, qué será, qué será,
Qué será de mi vida qué será,
Y en la noche mi guitarra dulcemente sonará,
Y una niña de mi pueblo llorará,
Y en la noche mi guitarra dulcemente sonará,
Y una niña de mi pueblo llorará.

Amor mío,
Me llevo tu sonrisa,
Que fue la fuente de mi amor primero.

Amor te lo prometo,
Cómo y cuando no lo sé,
Más sé tan solo, que regresaré.

Qué será, qué será, qué será,
Qué será de mi vida qué será,
Si sé mucho o no sé nada,
Ya mañana se verá,
Y será, será, lo que será.

Qué será, qué será, qué será,
Qué será de mi vida qué será,
Si sé mucho o no sé nada,
Ya mañana se verá,
Y será, será, lo que será.

Qué será, qué será, qué será,
Qué será de mi vida qué será,
Y en la noche mi guitarra dulcemente sonará,
Y una niña de mi pueblo llorará,
Y en la noche mi guitarra dulcemente sonará,
Y una niña de mi pueblo llorará.

domingo, octubre 16, 2005


















Historia casi verdadera del Golfo Pérsico.

Indudablemente que todo empezó hace muchísimos años con mis tíos Alberto Madrid Calderón y su esposa mi tía Carmen Cruz quienes se traían a su casa a sus amigos a tomarse un trago y a compartir los momentos de ocio de los trabajos agrícolas del pueblo, también a recordar sus pasados duros de la pampa salitrera en la cual mis tíos pasaron gran parte de su vida.

Era típico ver pasar a mis tíos, cualquiera de lo dos, pasar hacia su casa con una botella de vino y luego iban apareciendo los amigos, en ese tiempo don Ismael Astorga, el Domingo Heredia, Don Nataniel Michea y otros, podríamos decir que esta es la prehistoria del lugar; en esa época todavía era solamente una casita con huerto y que estaba muy bien ubicada casi al llegar a la calle principal por el callejón Valdivia, ya que no se molestaba a nadie en las sucesivas fiestas que ahí se realizaban y estaban cerca las botillerías y los negocios donde podían reabastecerse.

Pasó el tiempo y mis tíos nos dejan quedando la casa y el huerto a cargo de mi tío Enrique Madrid, el querido y recordado “malulo” q.e.p.d., desde ese momento comienza propiamente la historia, que incluye a algunos de los antiguos participantes como el chumingo y el Ismael, mi tío malulo por supuesto y que se van agregando ahora los amigos de mi tío como mi tio Raúl Arqueros, el Lucho Michea, don Recaredo Pérez, Don Vidal Valencia, el Callejas, el Isidoro Rivera, el Chispa y muchos otros; que se juntaban en el mismo lugar a tomarse unos copetes en las tardes o los fines de semana, de allí el nombre tan significativo que quizás a quien se le ocurrió“porque allí se podía sentir los cañonazos de copete, como en el Golfo Pérsico los cañonazos de los tanques y porque daba mucha sed por lo seco del citado lugar”.

De allí en adelante fueron varios los años en que el Golfo, a secas, es tema de conversación y se suceden las fiestas y el lugar pasa a ser un clásico más de mi pueblo. Era cosa de nombrar el golfo y cada peralillano sabía a que se estaba refiriendo, incluso se podía nombrar a la mayoría de los integrantes y el mito ya se había armado y hoy yo lo traigo a las palabras que escribo. Cuantas historias tienen que haber pasado en ese lugar, cuantas anécdotas cotidianas que sólo están en la memoria de sus integrantes y que tienen que haber dado momentos de felicidad para ese montón de viejos queridos.

Hoy que ha pasado el tiempo y que también nos dejó mi tío malulo, se hizo cargo del lugar mi primo Alberto con su pareja la Mariela Valdivia, por lo cual la historia del golfo se ha detenido, pero yo creo que más que detenerse se movió unos metros hacia arriba por el callejón Valdivia, hasta el mítico sauce de la casa de doña Wilda Rojas, donde muchas noches, sobretodo en verano, un grupo grande de jóvenes inquietos se reúnen bajo el amparo del Santiago y del Jorge, entre otros con el rambo, el chester, el negro tatai, la Jocelyn, el Felipe, el Víctor y la flaca Alejandra, el Pedro , el Sebastián, el Hernán, el Eduardo y varios invitados que llegan sobretodo en vacaciones de verano desde otras regiones e incluso desde el extranjero llenando de vida las noches veraniegas. Ellos y ellas son los auténticos herederos del golfo, ellos y ellas ya están haciendo historia, la futura historia del golfo que ahora esta bajo el sauce y que espera ser vivida para en el futuro ser escrita por alguno de sus participantes…

Salud viejos queridos del golfo y salud a aquellos queridos jóvenes y jovencitas del golfo parte dos “el regreso” en versión el sauce…

domingo, octubre 09, 2005


UN RECUERDO QUE MÁS PARECE UNA LEYENDA…

No recuerdo exactamente el año, pero debe haber sido por allá por el año 1980 o antes, no recuerdo exactamente los hechos, pero mi memoria en este sentido es más afectiva que precisa, por eso es que eternamente esos hechos van a quedar como los escriba hoy, aunque la verdad sea otra y los hechos hayan ocurrido de una manera muy diferente. (Tampoco sé si me gustaría averiguar lo que realmente pasó)

En esa ocasión, el Club Deportivo Peralillo había desarrollado un excelente campeonato y estaba puntero junto con uno de sus eternos rivales el Club Deportivo San Isidro, todos los domingos se esperaba que alguno de los dos dejara algún punto y permitiera que el otro se ubicara solo, como puntero absoluto, pero no fue así y llegamos al último partido en nuestra casa, en la cancha de Peralillo.

La preparación del partido fue como era siempre en esos tiempos, mucha gente en la reunión, en la sede y todos hablaban del tema “el partido del domingo”; algunos de los más jóvenes empezamos a pensar en que podíamos hacer, de allí surgió la idea de usar los instrumentos de la banda escolar, se sacarían el día del partido y los llevaríamos a la cancha para apoyar a los verdes. Los días pasaron y el típico consejito a los jugadores “cuídate, pal domingo puh cabrito”, que cada peralillano aprovechaba de decir a la pasadita, aunque todos sabíamos que los verdes estaban más que concientes de que no podían fallarle al pueblo completo.

Y llegó el día del partido, el almuerzo se hizo rápido, había que llegar luego, me acuerdo que partimos con el Dixon Pérez, el Cristian y otros con los instrumentos metiendo bulla desde el mismo pueblo hasta la cancha, allí ya había harta gente, los del asentamiento se iban por el otro callejón así que solamente en la cancha nos encontramos, mucha gente; había también gente de otros pueblos de Andacollito, de Diaguitas, de Miraflores, de Vicuña y también de nuestros rivales de San Isidro.

Los peralillanos habían llevado la bandera y nosotros con los bombos, las cajas y las trompetas empezamos a alentar a los verdes y el infaltable “Chumingo” se paseaba desafiando con su “cincuenta los verdes”.

Y entran los verdes a la cancha: un dos tres PERALILLO, a ganar, ¡Arriba los valientes luchadores! Surge de la barra y empieza el canto tan recordado, que los antiguos nos transmitieron con tanto corazón y que lleva la melodía de una tarantella italiana (algo así como funiculi, funicula).

(Aquí es donde la memoria se torna más afectiva todavía, ya que la imagen que tengo de los que jugaron esa vez se relaciona con una foto que hay en la sede de un partido del regional de campeones en La Portada de La Serena y que no sé si es el mismo equipo, pero en fin así es la leyenda)

Llegó el pitazo inicial, (habrá arbitrado el mítico “Negro Pepe”), empezó el partido y los bombos, las cajas y las trompetas se hicieron más bulliciosas todavía, todo se hizo verde-blanco por un lado y amarillo-negro por el otro, corrieron los minutos y nada, todo era tensión el “churo” Olivares seguro en el arco conjuraba cualquier ataque de los sanisidranos y el rubio Ortiz se aseguraba de no dejar pasar los tiros peralillanos del “yayo” Arias, del “cano” Ramos y los ataques del Jaime con el “Nene” Michea que insistentemente llegaban al arco rival. Los gritos de la barra peralillana empezaron a sentirse, ya que no llegaba el gol: “De emboquillada, cabeza con agua” de Don Ismael Astorga; “Corre, you” de Don Kako Arias, “Tócala, viejo loco” del “pachanga”, el Lucho Michea se paseaba fumando en el borde de la cancha y pasaban los minutos, el primer tiempo y el segundo, quedaba muy poco

Hasta que llegó el momento que si tengo clarito en la memoria, un foul a treinta metros del arco rival, no había duda era el turno del Jore Michea, este si era gol, este era el gol del campeonato. Se produjo un silencio total, los bombos, las cajas, los gritos y las trompetas se callaron y sólo quedaba la ansiedad; el Jore ubicó la pelota, el rubio Ortiz puso una barrera de cinco hombres y el valle dejó de respirar un segundo, el “cerro grande” se acercó un poco más para ver y vino el tiro con toda la técnica del mejor jugador que ha pasado por los colores del Club Deportivo Peralillo, al angulo superior izquierdo, hacia el río, y el rubio Ortiz llega al balón, pero el tiro iba tan fuerte que le dobla las manos y la pelota entra al arco: GOOOOOLLLLLLLLL de Peralillo, GOOOOOLLLLLL y todos corrimos a la cancha, todo era grito, yo dejé la caja botada y partí corriendo al centro donde ya estaba la mayoría de la barra, y la bandera, todos saltaban, se abrazaban, algunos lloraban, otros perseguían al Jore que corría por todos lados. De allí a entonar el himno fue sólo un segundo: ¡Arriba los valientes luchadores, peralillanos, peralillanos, al aire van flotando sus colores, Peralillo siempre ganará junto a ellos su barra estará…

No sé cuanto duró ese momento, pero para mí solo hoy que lo escribo ha terminado y se ha ubicado en el mundo virtual y eterno de la leyenda.

De allí a reanudar el partido, los minutos que faltaban que no tengo noción de cuanto era, pero llegó el final y todo era alegría, todos al centro de la cancha nuevamente y de nuevo el himno. Varios minutos después se decide bajar al pueblo así no más con los jugadores vestidos con sus ropas deportivas y empezamos a correr gritando y cantando, esa no fue una vuelta olímpica de campeones, sino un trote de casi un kilómetro hasta el centro del pueblo, donde me acuerdo que corría junto al Nicolás Valdivia y al “Cocos Duros” Valdivia su hermano, que siendo pequeños ponían un corazón enorme en la cancha.

Aquí nuevamente se me aparece la neblina del tiempo, parece que había algo en el centro del pueblo, no sé qué, pero los jugadores con sus vestimentas verdeblancas fueron recibidos como héroes y comenzó la celebración y la sede se llenó de gritos y cantos: La barra que hemos traído viene dispuesta a gritar y a alentar a Peralillo… adelante peralillo, que me altera tu manera de jugar, adelante los campeones que con goles ganarán…(Este canto se hace con la melodía de la Batelera).

Y así pasaron las horas y ya muy tarde recuerdo la clásica retirada de los jugadores, la mayoría todavía con ropa deportiva, con el copete encima y por el frente de mi casa pasa el Jore Michea con su caminar cansino hacia su casa como tantas otras veces lo vería pasar al viejo “pantano”.

domingo, octubre 02, 2005



Este cuento que quiero compartir con los peralillanos es de uno de los nuestros, es del "loco Mena" (Como lo llamaba René Mena, su hermano), quien llevó por el mundo el nombre de nuestro pueblo y que hoy tiene sus cenizas repartidas en diferentes lugares del valle y creo que sobretodo en el Cerro Grande. Este cuento es uno de tantos que se encuentran en su antología llamada "Cazuela de Ángeles" editada por la Red Internacional del Libro y que yo tuve la oportunidad de encontrar en la librería "Macondo" de Arturo Volantines en La Recova de La Serena y posteriormente con el propio René Mena.
Este cuento refleja varias situaciones familiares como es: la infancia marcada por el cerro, por la luna y la fantasía que entrega ese cielo tan especial del Valle de Elqui; también el viejo dicho peralillano de que "si se nos pierde el Cerro Grande nos desesperamos"
En fin, ahí les dejo la pluma de este peralillano con su cuento que envidiosamente quisiera haber escrito yo.

EL CERRO GRANDE, LA LUNA Y YO.
(Gregorio Mena Barrales Q.E.P.D)

El cerro era muy alto, muy alto: Quizá llegaba hasta el cielo.
Sí debía llegar hasta el cielo, porque en invierno lo tapaban las nubes y éstas están colgadas del infinito…
La cima rozaba su lomo pétreo con las estrellas… O a lo peor no, pero en todo caso debía estar muy cerca…
Un cerro maravilloso: grande, cubierto de rodados centenarios que alguien hizo en sus laderas. ¿Sería un gigante que se deslizó por sus faldas, sería que el gigante gustaba de jugar en las noches sin estrellas?
Había una roca negra, siempre negra, a cuyo pie, contaban los adultos, brotaba una fuente de agua pura y una quebrada profunda, peligrosa…
En invierno el cerro vestía de blanco, una capa alba cubría su superficie, casi hasta el pie. La nieve, luego se iba retirando con el calor. Cada día más arriba, hasta que al final dejaba de estar.
(¿Dónde se iría la nieve? ¿Sería que el gigante se la comía como helado?)
El cerro termina, por un costado, al borde del valle. Por el otro se une a otros cerros formando una cadena interminable de colosos.
La tierra es tierra de cerros, muchos cerros, muchos, pero sólo éste era "mi cerro". Hubiera querido trepar hasta su cumbre.
(Nunca pude cuando niño y después de adulto no quise hacerlo.)
Hubiera querido tantas cosas: escribir un poema con letras enormes en el pizarrón de sus laderas, en el risco más elevado y luego gritar, cantar a la luz y a la vida…
¡Un cerro muy hermoso!
En las tardes, cuando el sol se iba a descansar, el cerro captaba los últimos rayos y los reflejaba sobre el valle; pero después, gastadas las energías solares, todo quedaba oscuro, negro, feo…
Entonces yo me ponía a esperar la Luna.
(No siempre venía. Otras veces, al oscurecer, ya estaba rielando por los senderos espaciales.)
De vez en cuando aparecía sólo un trocito. Una vez a la derecha y otra vez a la izquierda.
(¿Sería que alguien escondía los trozos lunares para jugar con ellos? ¿Sería que el gigante gustaba de comer pedazos de luna en un sándwich de tiempo?)
Pero otras noches llegaba. Asomaba su cara redonda y fría en la cima de "MI CERRO" . Iba apareciendo lentamente… Un cuarto, la mitad, tres cuartos… toda…
Era un proceso hermoso ver aparecer la luna. La noche se volvía campanas y paraíso de flores…
Cuando estaba a media cara, cuando el cerro dejaba ver solamente una parte, hubiera querido tener una caña, un palo muy largo, una red quizá y trepar corriendo hasta la cumbre y atraparla.
Soñé mucho con pescar la cara blanca y pura que asomaba tras el cerro, tras "MI CERRO", para hacerla mía.
(¿Qué habría hecho con la luna? ¿Un juguete, o a lo mejor un manjar, o una rueda que girara por siempre jamás…?)
Nunca tuve la caña de pescar lunas, y, repito, nunca subí al cerro.
¿Sería la luna de azúcar?
¿Sería un queso grande, con el que se podían alimentar familias y pueblos?
¿Sería un globo de aire e ilusiones?
Pero la luna, el cerro, la noche, la caña y mis sueños fueron el conjunto mágico de mi infancia campesina.
(Un día vi como Amstrong pisó la luna y se terminó la poesía: la luna de mi infancia, de mis sueños, de mis fantasías era una masa sin vida que rodaba y rodaba alrededor de la tierra.)
La Luna no tenía alma, un astro muerto, un espejo triste que pisotearon.
Una luna de mierda compuesta de elementos químicos, ¡ruines y comerciales!)
Pero no, "MI LUNA" sigue tras el cerro del valle y a lo mejor otros niños sueñan con atraparla y hacerla suya.
Ahora, muy lejos, miro otras lunas, sin caña, sin cerros y sin esperanzas…

sábado, septiembre 24, 2005



















LA FIESTA PATRONAL DE LA VIRGEN DEL CARMEN

Por muchas razones esta fiesta para mí (y me imagino también para muchos otros peralillanos que estamos lejos) representa también parte importante de la infancia y adolescencia. Será porque mi casa está al frente de la iglesia, será porque mi familia desde pequeño me inculcó un gran apego a la religión, será porque era inevitable sumarse a tanto preparativo.

Recuerdo claramente todos esos años en que mi tío Humberto Madrid, “el chicuelo”, junto a don Victoriano Rojas, al Patricio Ramos y a tantos otros, se encargaban de armar las andas de la Virgen buscando nuevos diseños cada año, los recuerdo buscando flores, adornos, restaurando antiguas vestimentas de la Virgen. Porque esa era su manera de hacer viva la religión, con su trabajo y con la presencia siempre notoria en las misas, recuerdo también que la mayoría de las veces mi tío chicuelo no se sentaba en las bancas como todos, sino en los primeros escalones de la subida a la Torre, desde allí llevaba su vida siempre humilde siempre servicial y quitada de bulla.

Otro recuerdo importante lo constituyen los preparativos del coro de la iglesia donde algunas veces participé, ese coro que venía desde muy antiguo con una tradición que incluía canciones en latín alguna vez cantadas por lo viejos del pueblo. Con el Patricio Ramos y su armonio que le daba a las canciones un tono que hoy todavía tengo en mi memoria: Virgen del Carmen bella, reina de la nación, a tus amantes hijos… Virgen santa del Carmelo…Posteriormente aparecerían “Los santos del ritmo” que se fueron formando espontáneamente con guitarras y bombo, donde se unieron algunos de los antiguos integrantes del coro, como la querida Mirza Rojo y el propio Pato Ramos, con otros “nuevos” como mi hermano Rodrigo, el Pedro Ramos, el Dixon Pérez, el “Pelusa”, las hermanas Segovia Barraza, la Isabel Alcayaga y tantos otros que dedicaban horas y horas de ensayo para poder mostrar lo mejor en los días de fiesta.

Ya en los días de fiesta se me viene a la memoria la estructura de los días de novena, ya que había un día para los hombres adultos, un día de misa a la chilena, el día de la procesión de faroles y otras divisiones que la memoria me ha dejado fuera (hace más de 15 años que no estoy en una fiesta del Carmen).

Pero lo principal era el día domingo de fiesta, donde mucha gente llegaba de lejos sólo por esos días, entre ellos mi tío Manuel Madrid, algunos de los integrantes de la familia Rojas como don Amadeo, de los Cortés, etc. El día amanecía muy temprano cuando llegaban los vendedores con todos sus productos (en esa época no eran muchos, creo que ahora son demasiados), luego la misa de fiesta donde los adultos llegaban con sus mejores trajes formales y la iglesia se repletaba y aparte del fervor religioso se reencontraban tantos amigos y la plaza se convertía en un evento social de familias enteras.

Después de terminada la misa de fiesta, era clásica una visita al Club Social del pueblo, a conversar un trago y muchos otros a almorzar.

Ya en la tarde venía la procesión y se sacaba en andas a la “chinita” a bendecir al pueblo por la calle, muchas veces vi a mi padre y a mis tíos Raúl, Jorge y Guillermo tomar juntos el anda en señal de una tradición que todavía dura; en esa época no había bailes religiosos, por lo tanto el tipo de procesión era bastante diferente, se notaba más el canto y los rezos de la gente. Luego de llegar más o menos hasta la cooperativa y hasta donde Don Rubén Urquieta, se regresaba a la Virgen a la plaza para la despedida final: Viva la Virgen del Carmen, Viva Peralillo católico, Viva el padre Messina… gritaba don Víctor Ramos (Otro querido viejo lindo que se nos fue hace algún tiempo) y todos los asistentes repetían el siempre ferviente ¡viva! Y empezaba a entrar la Virgen bajo una lluvia de pétalos de flores que caían desde la torre…

Y hoy a más de quince años en que no estoy en una fiesta del carmen recibo noticias de allá, las cuales me hacen pensar y recordar y más de alguna lágrima aparece y me dan más ganas todavía de apurar el regreso… pero por ahora sólo quiero escribir y desear que esa querida fiesta se mantenga y siga llenado los espíritus de la siempre necesaria esperanza en días mejores…

sábado, septiembre 17, 2005




EN EL NOMBRE DE PATRIA ENTONEMOS
CON FERVOR NUESTRO CANTO ESCOLAR
Y EN LA ESCUELA MATERNA FORJEMOS
LA GRANDEZA DE CHILE INMORTAL
PERALILLO MI PUEBLO QUERIDO
BONDADOSO NOS UNE AL PLANTEL
Y NOS GUÍA HACIA DÍAS MEJORES
JUNTO AL ÁRBOL, EL SURCO Y LA MIEL
GENEROSA ES LA TIERRA NORTEÑA
QUE BENDICE LA GLORIA DE DIOS
TIERRA HEROICA Y FECUNDA QUE SUEÑA
Y FLORECE COMO UN CORAZÓN...

Tantos recuerdos hermosos, tantos momentos que vienen a la memoria, tantos personajes...

algunos de los que lean esta publicación no lo habrán vivido, pero su padres tal vez sí...

No sé si se acuerdan de la plantación de mandarinos que había al lado de la escuela, esa que era una de las pocas del pueblo y que cada vez que alguien sacaba mandarinas era sorprendido, ya que el olor de la fruta se impregnaba en las manos y no salía con nada; igual que el olor de las guayabas de mi casa que era unos de los pocos lugares en que había ese árbol llevado desde el Valle de Azapa por mi tío Manuel Madrid.

Mis recuerdos escolares empiezan en esos mandarinos, en esos guayabos; pero sobretodo en la campana de la escuela que nos despertaba, ya que vivíamos a menos de cien metros de nuestra querida escuela coeducacional Nº 15, actualmente F-63 Edmundo Vidal Cárdenas, igual llegábamos muchas veces atrasados con mi hermano Rodrigo, igual el "chinito" o "Chino mimí", nos dejaba pasar (Gran personaje en la escuela y en la Banda Escolar del Pueblo) aunque llegáramos después de la segunda campana.

Luego al interior de la escuela estaban los profesores, grandes mujeres y hombres que dedicaron su vida a tratar de enseñar muchas generaciones, algunas y algunos venidos de lejos para quedarse para siempre. Como no recordar a mi madrina Rebeca Pérez, a la Lucía, a doña Silvia Espejo, a doña Ruth, a la señora Rosa Cortés y entre los varones a Don René Mena, al chico Arias, al chimuno Pinto (mis disculpas no puedo nombrarlos a todos)

Pasadas las primeras horas de clase venía el recreo y el desayuno escolar donde mi tía Isa Arqueros, la señora Clara y una señora de apellido Milla, que no me acuerdo de su nombre, repartían la leche en los clásicos jarros azules, este alimento era hecho en unos inmensos fondos de aluminio que hace poco todavía estaban por allí. Muchas veces en esos recreos con mi hermano íbamos a mi casa a tomar desayuno.

Después en las clases estaban los compañeros el José Alcayaga, el Manuel Rodríguez, el Marcial Palma, el Ramiro Barraza, el Juan Milla, el Humberto Miranda, el Pedro Zapata y tanto otros; la Marta Sasso, la Mariela Vergara, las Espejo de Villaseca y tantas otras.

Terminaban las clases y cada uno para su casa, pero sólo por un rato para almorzar, ya que luego aparecían muchos de los amigos del pueblo en mi casa, los Pérez comandados por el Luchín, Cristian y el Dixon; los Arias, mis primos Salas, Arqueros; el Pedro Rojo y tantos otros. Todos dispuestos a buscar aventuras y vivir a concho la belleza de nuestro pueblo, recorriendo los huertos, los cerros, el río, cada callejón, jugando fútbol, andando a caballo, a burro y cuanta entretención que inventábamos.

Más tarde era irse a la casa a tomar once, o si no se enojaba doña Teresa, doña Violeta y tantas otras mamás de los niños del pueblo, para luego juntarnos en la plaza a seguir inventando juegos y buscando aventuras. Que grande se veía esa plaza, que hermosas noches...

Hoy que es víspera de 18, me recuerdo de los preparativos para la Velada de la Escuela, del desfile (Un recuerdo grande como era él para el Ramón Luis, el "ñoñito" querido por todos y que nos dejara tan temprano) , de la pampilla en Lourdes, de esas carreras a la chilena, del "Plátano"que era el caballo clásico de mi padre.

Tanta memoria perdida, tanto momentos que forjaron nuestros espíritus y que hoy, a la distancia, nos hacen querer más a Peralillo.

No sé si mis recuerdos están cerca de los suyos, pero cada uno tiene su historia y cada historia tiene que contarse...

martes, septiembre 13, 2005

"EL CHARRITO NEGRO" Q.E.P.D.







Siempre va a ser uno de los buenos recuerdos de mi pueblo, él trasparentaba alegría, llevaba sus buenas intenciones a todas partes, a la cancha cuando jugaba, a la orilla de la cancha cuando entrenaba a algún equipo o simplemente en la vida diaria cuando andaba en su clásica moto o posteriormente buscando productos agrícolas en el valle en su camioneta.
Él "charrito" o Don Lino Henríquez supo hacerse querer por todos, por eso ahora que ha partido estoy seguro que mucha gente lo acompañó no sólo a él, sino también a todos sus familiares, especialmente a sus hijos e hijas (al Jorge "Musi", a la Rosita y a su otra hermana).
Es uno más del grupo de "viejos lindos" de mi tierra y que ahora pasa a juntarse con tantos otros en el cielo, a los cuales les seguirá atajando tiros en el arco y a los cuales seguirá arengando para dar lo mejor en la cancha y en la vida.
Desde aquí "charrito negro" te doy las gracias por haber tenido el privilegio de haberte conocido y espero que sus familiares tengan la certeza que él Lino dejó el mejor de los recuerdos en su paso por esta vida.

UNA TRADICIÓN QUE SE NOS FUE.

Después de una larga enfermedad nos ha dejado don Manuel Rojas, el compositor de huesos, el sobador no sólo del pueblo sino del Valle y otros lugares inimaginables, porque su fama llegaba a muchos lugares, sobretodo después de haber sido reporteado por el diario regional "El día", quienes en una página central destacaron los valores de este ejemplo de las tradiciones de nuestra tierra.
Quienes lo conocimos como persona vimos en él al más puro ejemplo de picardía y servicio hacia los demás, picardía porque llegar donde él después de una lesión sobretodo en alguna pichanga era recibir los retos correspondientes, cuantas veces le llevamos jugadores del Deportivo Peralillo y recibimos los consabidos sermones, pero después aparecía inevitablemente su espíritu solidario y los atendía a todos: primero con una pequeña conversación para ir quitando el miedo, luego un diagnóstico inicial y luego la clásica charla para despistar y, en un momento de descuido del paciente, le aplicaba un movimiento justo y entraba hombros, rodillas, tobillos y cuanta otra lesión, con el consecuente grito del paciente que no se había dado ni cuenta de lo que hacía el maestro, porque esa era su técnica y todos los peralillanos la sabían, pero igual caían, igual ni se daban cuenta cuando les solucionaba su lesión.
Hoy que ya no está, se me viene a la memoria uno de los últimos momentos que viví con este "viejo Manuel", en un verano pasado, en su casa, bajo el sauce con un asado que hacían Patricio Rojas, el Mauricio Salazar y mi hermano Rodrigo; ahí estaba con su típico trajecito y su sombrero que no lo abandonaba nunca, y seguramente ahí seguirá, acompañando a los "jóvenes", entibiando la garganta con un vaso de vino y escuchando atento a su gente, haciendo rabiar a la Yamira que lo atendía como se lo merecía, con el respeto hacia sus 90 años de vida, con el cuidado hacia la gente que lo ha dado todo y que ya sólo recibe el cariño de los que lo rodean. ¡¡¡Salud, viejito Manuel, salud y descansa en paz!!!

domingo, septiembre 11, 2005


CINCUENTA LOS VERDES
Como no recordar la frase clásica de tanto partido de fútbl dominguero, "Cincuenta los verdes", y después venía el desafío y acercarse a la barra rival enrostrando el billete en la mano, con el copete algo subido y el brillo de saberse ganador ya desde el momento de dar el grito, porque al "chumingo" (Domingo Heredia) no le interesaba apostar, le interesaba gritar por sus colores, le interesaba ganar ese espacio del aire donde dejaba su sentimiento y nadie le podía quitar ese trono en su cancha y pudo pasear el grito por las canchas de la zona sin que nadie le llegara a hacer callar. Y yo desde mi infancia y adolescencia lo veía lanzar su grito al aire, seguido de alguno de los himnos del club, ¡¡ARRIBA LOS VALIENTES LUCHADORES!! y todos los presentes se sumaban y el canto llenaba sus espíritus de campesinos reunidos en torno a su ideal que, en este caso, era el CLUB DEPORTIVO PERALILLO.
Hoy que ha pasado el tiempo, el "Chumingo" ya no está físicamente en el pueblo, pero si en el recuerdo como tantos otros, hoy que es domingo, más encima el domingo de la fiesta del pueblo, el "Chumingo" debe estar gritándole a Dios si es que quiere apostar cincuenta a los verdes y estará cantando "ADELANTE PERALILLO QUE ME ALTERA TU MANERA DE JUGAR, ADELANTE PERALILLANOS..." y el coro será tanto viejo lindo que se ha ido, será tantas historias que pasaron y que trataré de llevar a estas páginas.

sábado, septiembre 03, 2005

DATOS GENERALES

El pueblo de Peralillo está ubicado en el Valle de Elqui, en la ribera sur del Río Elqui. Este pueblo parte en las inmediaciones de Vicuña, cerca de la Planta de la Pisquera CAPEL, desde allí sube por las laderas de los cerros hacia la cordillera llegando hasta el límite del pueblo de Andacollito, por lo cual su extensión es de aproximadamente 12 kilómetros. Toda esta extensión presenta la típica calle central o principal en la cual se ubica la mayoría de las casas del poblado, incluida la plaza y la iglesia. A partir de esta calle se enlaza una serie de callejones ascendentes, por ejemplo, hacia el sector de Villaseca o Lourdes; o descendentes, por ejemplo, hacia el sector del río y la carretera ruta 41, como también hacia el sector del asentamiento.
Además este pueblo tiene algunas subdivisiones, como las ya mencionadas por los callejones o el sector de El Durazno que también tiene su plaza e iglesia.

IGLESA DE PERALILLO ELQUI
Esta es la típica postal del pueblo, está al interior de la plaza, al costado de la Sede Social y la Escuela. (Al frente de la casa donde me crié que pertenece a mi familia Salas Madrid). Su construcción es muy antigua y presenta una nave central con una torre de tres pisos superiores, los cuales se dividen en la sección que ocupa el coro, luego los dos pisos donde estan las campanas. La historia de esta iglesia va profundamente ligada al pueblo y a sus personajes como el "cura Messina" que en la década del 60 y 70 educó en la religión a tantas generaciones de jóvenes y jovencitas. En el segundo domingo de septiembre se celebra la Fiesta Patronal del pueblo en homenaje a la Virgen del Carmen, este año corresponde al día 11, donde se espera la llegada de muchos peralillanos que vuelven especialmente para esa fecha o que se hacen presentes a través de regalos y cooperaciones económicas.








RELATOS SOBRE EL PUEBLO Y SUS PERSONAJES

MURIÓ EL PINDY
Sabes que murió el Pindy, te acuerdas de ese flaco que alegraba la vida de los demás por un trago de vino que entibiara sus huesos artríticos de toda una vida, digno y tragicómico con su chalequín plateado y sus pantalones de tela que parecían sacados de un lejano lugar de lujos y finezas; murió e incluso después de muerto fue un caballero, no permitió que el poder del dinero de su hermana afortunada se lo llevará para satisfacer quizás que escondido remordimiento, no , no pudo , pudo más el terruño, pudo más la fuerza de la gente que lo quería con su cara de payaso triste que le bailaba a la vida. Por eso lo sepultaron en el cementerio del pueblo, como quiere la mayoría de los nacidos en Peralillo. Por eso el pueblo se paralizó para su misa de sepultación y por eso fueron muchos los que lo acompañaran en su último camino hacia el cementerio.