miércoles, diciembre 21, 2005


La navidad y el año nuevo en el pueblo…

Uno de los recuerdos más grandes que tengo es el evento que cada año se hacía con motivo del pesebre con figuras humanas en la plaza. Recuerdo que un año nos vestimos de reyes magos con el Eduardo Arias y el Cristian Pérez, llegamos a caballo a la plaza que era el lugar del pesebre, allí nos bajamos y en el proscenio estaban los demás personajes del nacimiento. El pino de la plaza estaba completamente adornado con grandes luces y desde allí bajaba una estrella que guiada por un alambre llegaba hasta el lugar exacto donde se había construido el pesebre, seguimos esa estrella y llegamos al lugar del nacimiento y de allí a seguir la representación del nacimiento con todo el pueblo presente.

Otro recuerdo es la espera de los regalos que llegaban generosos de nuestros padres, parientes y también de mis padrinos de nacimiento don “Moni” Henríquez y doña Rebeca Pérez. En la nochebuena llegaban infaltables los obsequios más hermosos y cada mañana de navidad salíamos a la calle y a la plaza a probarlos y a juntarnos con otros niños y niñas del pueblo que habían recibido lo suyo. Esos momentos imborrables son uno de los tantos agradecimientos eternos hacia mis padres y mis padrinos.

También es importante recordar que para el año nuevo se preparaba un baile popular en la escuela o después en la multicancha y cada familia cenaba en sus casas, hasta escuchar las campanadas de la iglesia que muchas veces tocaba el Pato Ramos y ahora mi hermano Jaime, y después todos al baile vestidos con sus mejores galas y costaba caminar, porque todos somos conocidos y todos nos dábamos un abrazo y toda la gente con mayor o menor afecto se deseaba el mejor de los años nuevos. Luego a bailar y otros, los de siempre, a atender el baile que lo organizaba la Junta de Vecinos o el Deportivo o ambas instituciones en conjunto.

Hoy desde la distancia a cada de los peralillanos y peralillanas les deseamos la mejor de la navidades y el más próspero de los años en este 2006.

Iván Salas Madrid y familia, Arica, diciembre de 2005.

jueves, diciembre 15, 2005

ALGUNOS RECUERDOS DEL TRANSPORTE EN MI PUEBLO Y EN EL VALLE…

Tal vez los jóvenes que hoy viven en Peralillo no entenderán el sentimiento que hay detrás de estos detalles de la historia de mi pueblo, principalmente porque hoy es muy fácil llegar a Vicuña, a La Serena y Coquimbo, pero para la gente mayor como sus padres, sus abuelos y bisabuelos no era tan fácil y, por lo mismo, significó parte importante de sus vidas….

Primero una mención inevitable al “ELQUINO”, el tren que transitaba desde Rivadavia hasta la costa por la ladera norte del valle, este tren, que tenía estaciones en la mayoría de los poblados que hoy conocemos, protagonizaba la vida de la gente del valle, ya que era la forma más usada para ir a Vicuña y sobretodo a La Serena y Coquimbo. Principalmente era un tren que llevaba los generosos productos agrícolas del valle hacia las ciudades donde se les consumía y pagaba muy bien por ser primores y por su calidad innegable, allí se transportaban tomates, uvas, damascos, ajíes y otros productos. El Elquino marcaba también la vida de los habitantes de los pueblos, ya que su llegada era el aviso de la hora, de la visita anunciada de algún familiar sobretodo en verano. En fin hoy sólo queda de esa realidad algunos vestigios de las estaciones en los pueblos, más un largo camino vehicular que se mantiene sin los rieles y durmientes y que los jóvenes sólo atinan a mirar incrédulos y decir: ¿por aquí pasaba un tren?

Segundo es necesario recordar los inicios de la entrañable línea de buses “VÍA ELQUI” que comienza a transitar por el valle aproximadamente por allá por los años 1960 cuando Don Casiano Galleguillos pone al servicio de la gente una micro que une el valle con la costa, a través de lo que hoy se conoce con el nombre de “Camino Antiguo”. Este trayecto se hacía principalmente bordeando la ladera sur del valle y con los mismos propósitos del “Elquino”; demoraba varias horas el llegar a La Serena, ya que el camino era muy estrecho, peligroso y normalmente en mal estado, en esos primeros tiempos el chofer principal era el posterior dueño Don Aliro Galleguillos. Aquí es importante destacar que al amparo de esta micro se formó una actividad bastante pintoresca que eran “Las canasteras” que prácticamente se convirtieron en las principales clientas y sostenedoras de la Vía Elqui. Ellas eran algunas esforzadas señoras de los pueblos, principalmente de Peralillo, que llevaban en “canastos”, cajones y cajas diferentes productos típicos del valle, donde destacaban la uva, el tomate, el damasco, el ají, y muchos otros. Entre éstas destacan las pioneras que eran mi abuela Artemia Barraza, y Doña Agustina, luego la señora Palmira Álvarez de Ramos, de Coquimbo venía a los mismos propósitos la Señora Chela y tantas otras personas que lograban su sustento llevando en los “lomos” de esta micro las delicias del valle. Era típico ver en Peralillo algunos días el paradero lleno de esos bultos que serían subidos a la micro. Ese paradero que estaba al frente de la casa de mi tía Nelly Rojas y donde se centralizaba todo el movimiento en torno a la micro, allí teníamos que comprar con anterioridad los pasajes, luego allí había que esperar la micro (que a esas alturas ya eran varias), estas micros tenían un horario determinado y generalmente iban llenas de gente y de paquetes. Luego, pasado ciertos años esas mismas micros nos llevarían al liceo y sería también parte de nuestras vidas…. Hoy todavía subsisten adaptándose a la modernidad y a los nuevos caminos…

Finalmente algunas nostalgias transformadas en preguntas… ¿se acuerdan del taxi de Don Humberto “Peto”, de la otra micro que cariñosamente llamamos “La Local”, de los colectivos que eran de Don Chiro, del Turco, de Don Raúl Rojas…?