sábado, septiembre 24, 2005



















LA FIESTA PATRONAL DE LA VIRGEN DEL CARMEN

Por muchas razones esta fiesta para mí (y me imagino también para muchos otros peralillanos que estamos lejos) representa también parte importante de la infancia y adolescencia. Será porque mi casa está al frente de la iglesia, será porque mi familia desde pequeño me inculcó un gran apego a la religión, será porque era inevitable sumarse a tanto preparativo.

Recuerdo claramente todos esos años en que mi tío Humberto Madrid, “el chicuelo”, junto a don Victoriano Rojas, al Patricio Ramos y a tantos otros, se encargaban de armar las andas de la Virgen buscando nuevos diseños cada año, los recuerdo buscando flores, adornos, restaurando antiguas vestimentas de la Virgen. Porque esa era su manera de hacer viva la religión, con su trabajo y con la presencia siempre notoria en las misas, recuerdo también que la mayoría de las veces mi tío chicuelo no se sentaba en las bancas como todos, sino en los primeros escalones de la subida a la Torre, desde allí llevaba su vida siempre humilde siempre servicial y quitada de bulla.

Otro recuerdo importante lo constituyen los preparativos del coro de la iglesia donde algunas veces participé, ese coro que venía desde muy antiguo con una tradición que incluía canciones en latín alguna vez cantadas por lo viejos del pueblo. Con el Patricio Ramos y su armonio que le daba a las canciones un tono que hoy todavía tengo en mi memoria: Virgen del Carmen bella, reina de la nación, a tus amantes hijos… Virgen santa del Carmelo…Posteriormente aparecerían “Los santos del ritmo” que se fueron formando espontáneamente con guitarras y bombo, donde se unieron algunos de los antiguos integrantes del coro, como la querida Mirza Rojo y el propio Pato Ramos, con otros “nuevos” como mi hermano Rodrigo, el Pedro Ramos, el Dixon Pérez, el “Pelusa”, las hermanas Segovia Barraza, la Isabel Alcayaga y tantos otros que dedicaban horas y horas de ensayo para poder mostrar lo mejor en los días de fiesta.

Ya en los días de fiesta se me viene a la memoria la estructura de los días de novena, ya que había un día para los hombres adultos, un día de misa a la chilena, el día de la procesión de faroles y otras divisiones que la memoria me ha dejado fuera (hace más de 15 años que no estoy en una fiesta del Carmen).

Pero lo principal era el día domingo de fiesta, donde mucha gente llegaba de lejos sólo por esos días, entre ellos mi tío Manuel Madrid, algunos de los integrantes de la familia Rojas como don Amadeo, de los Cortés, etc. El día amanecía muy temprano cuando llegaban los vendedores con todos sus productos (en esa época no eran muchos, creo que ahora son demasiados), luego la misa de fiesta donde los adultos llegaban con sus mejores trajes formales y la iglesia se repletaba y aparte del fervor religioso se reencontraban tantos amigos y la plaza se convertía en un evento social de familias enteras.

Después de terminada la misa de fiesta, era clásica una visita al Club Social del pueblo, a conversar un trago y muchos otros a almorzar.

Ya en la tarde venía la procesión y se sacaba en andas a la “chinita” a bendecir al pueblo por la calle, muchas veces vi a mi padre y a mis tíos Raúl, Jorge y Guillermo tomar juntos el anda en señal de una tradición que todavía dura; en esa época no había bailes religiosos, por lo tanto el tipo de procesión era bastante diferente, se notaba más el canto y los rezos de la gente. Luego de llegar más o menos hasta la cooperativa y hasta donde Don Rubén Urquieta, se regresaba a la Virgen a la plaza para la despedida final: Viva la Virgen del Carmen, Viva Peralillo católico, Viva el padre Messina… gritaba don Víctor Ramos (Otro querido viejo lindo que se nos fue hace algún tiempo) y todos los asistentes repetían el siempre ferviente ¡viva! Y empezaba a entrar la Virgen bajo una lluvia de pétalos de flores que caían desde la torre…

Y hoy a más de quince años en que no estoy en una fiesta del carmen recibo noticias de allá, las cuales me hacen pensar y recordar y más de alguna lágrima aparece y me dan más ganas todavía de apurar el regreso… pero por ahora sólo quiero escribir y desear que esa querida fiesta se mantenga y siga llenado los espíritus de la siempre necesaria esperanza en días mejores…

sábado, septiembre 17, 2005




EN EL NOMBRE DE PATRIA ENTONEMOS
CON FERVOR NUESTRO CANTO ESCOLAR
Y EN LA ESCUELA MATERNA FORJEMOS
LA GRANDEZA DE CHILE INMORTAL
PERALILLO MI PUEBLO QUERIDO
BONDADOSO NOS UNE AL PLANTEL
Y NOS GUÍA HACIA DÍAS MEJORES
JUNTO AL ÁRBOL, EL SURCO Y LA MIEL
GENEROSA ES LA TIERRA NORTEÑA
QUE BENDICE LA GLORIA DE DIOS
TIERRA HEROICA Y FECUNDA QUE SUEÑA
Y FLORECE COMO UN CORAZÓN...

Tantos recuerdos hermosos, tantos momentos que vienen a la memoria, tantos personajes...

algunos de los que lean esta publicación no lo habrán vivido, pero su padres tal vez sí...

No sé si se acuerdan de la plantación de mandarinos que había al lado de la escuela, esa que era una de las pocas del pueblo y que cada vez que alguien sacaba mandarinas era sorprendido, ya que el olor de la fruta se impregnaba en las manos y no salía con nada; igual que el olor de las guayabas de mi casa que era unos de los pocos lugares en que había ese árbol llevado desde el Valle de Azapa por mi tío Manuel Madrid.

Mis recuerdos escolares empiezan en esos mandarinos, en esos guayabos; pero sobretodo en la campana de la escuela que nos despertaba, ya que vivíamos a menos de cien metros de nuestra querida escuela coeducacional Nº 15, actualmente F-63 Edmundo Vidal Cárdenas, igual llegábamos muchas veces atrasados con mi hermano Rodrigo, igual el "chinito" o "Chino mimí", nos dejaba pasar (Gran personaje en la escuela y en la Banda Escolar del Pueblo) aunque llegáramos después de la segunda campana.

Luego al interior de la escuela estaban los profesores, grandes mujeres y hombres que dedicaron su vida a tratar de enseñar muchas generaciones, algunas y algunos venidos de lejos para quedarse para siempre. Como no recordar a mi madrina Rebeca Pérez, a la Lucía, a doña Silvia Espejo, a doña Ruth, a la señora Rosa Cortés y entre los varones a Don René Mena, al chico Arias, al chimuno Pinto (mis disculpas no puedo nombrarlos a todos)

Pasadas las primeras horas de clase venía el recreo y el desayuno escolar donde mi tía Isa Arqueros, la señora Clara y una señora de apellido Milla, que no me acuerdo de su nombre, repartían la leche en los clásicos jarros azules, este alimento era hecho en unos inmensos fondos de aluminio que hace poco todavía estaban por allí. Muchas veces en esos recreos con mi hermano íbamos a mi casa a tomar desayuno.

Después en las clases estaban los compañeros el José Alcayaga, el Manuel Rodríguez, el Marcial Palma, el Ramiro Barraza, el Juan Milla, el Humberto Miranda, el Pedro Zapata y tanto otros; la Marta Sasso, la Mariela Vergara, las Espejo de Villaseca y tantas otras.

Terminaban las clases y cada uno para su casa, pero sólo por un rato para almorzar, ya que luego aparecían muchos de los amigos del pueblo en mi casa, los Pérez comandados por el Luchín, Cristian y el Dixon; los Arias, mis primos Salas, Arqueros; el Pedro Rojo y tantos otros. Todos dispuestos a buscar aventuras y vivir a concho la belleza de nuestro pueblo, recorriendo los huertos, los cerros, el río, cada callejón, jugando fútbol, andando a caballo, a burro y cuanta entretención que inventábamos.

Más tarde era irse a la casa a tomar once, o si no se enojaba doña Teresa, doña Violeta y tantas otras mamás de los niños del pueblo, para luego juntarnos en la plaza a seguir inventando juegos y buscando aventuras. Que grande se veía esa plaza, que hermosas noches...

Hoy que es víspera de 18, me recuerdo de los preparativos para la Velada de la Escuela, del desfile (Un recuerdo grande como era él para el Ramón Luis, el "ñoñito" querido por todos y que nos dejara tan temprano) , de la pampilla en Lourdes, de esas carreras a la chilena, del "Plátano"que era el caballo clásico de mi padre.

Tanta memoria perdida, tanto momentos que forjaron nuestros espíritus y que hoy, a la distancia, nos hacen querer más a Peralillo.

No sé si mis recuerdos están cerca de los suyos, pero cada uno tiene su historia y cada historia tiene que contarse...

martes, septiembre 13, 2005

"EL CHARRITO NEGRO" Q.E.P.D.







Siempre va a ser uno de los buenos recuerdos de mi pueblo, él trasparentaba alegría, llevaba sus buenas intenciones a todas partes, a la cancha cuando jugaba, a la orilla de la cancha cuando entrenaba a algún equipo o simplemente en la vida diaria cuando andaba en su clásica moto o posteriormente buscando productos agrícolas en el valle en su camioneta.
Él "charrito" o Don Lino Henríquez supo hacerse querer por todos, por eso ahora que ha partido estoy seguro que mucha gente lo acompañó no sólo a él, sino también a todos sus familiares, especialmente a sus hijos e hijas (al Jorge "Musi", a la Rosita y a su otra hermana).
Es uno más del grupo de "viejos lindos" de mi tierra y que ahora pasa a juntarse con tantos otros en el cielo, a los cuales les seguirá atajando tiros en el arco y a los cuales seguirá arengando para dar lo mejor en la cancha y en la vida.
Desde aquí "charrito negro" te doy las gracias por haber tenido el privilegio de haberte conocido y espero que sus familiares tengan la certeza que él Lino dejó el mejor de los recuerdos en su paso por esta vida.

UNA TRADICIÓN QUE SE NOS FUE.

Después de una larga enfermedad nos ha dejado don Manuel Rojas, el compositor de huesos, el sobador no sólo del pueblo sino del Valle y otros lugares inimaginables, porque su fama llegaba a muchos lugares, sobretodo después de haber sido reporteado por el diario regional "El día", quienes en una página central destacaron los valores de este ejemplo de las tradiciones de nuestra tierra.
Quienes lo conocimos como persona vimos en él al más puro ejemplo de picardía y servicio hacia los demás, picardía porque llegar donde él después de una lesión sobretodo en alguna pichanga era recibir los retos correspondientes, cuantas veces le llevamos jugadores del Deportivo Peralillo y recibimos los consabidos sermones, pero después aparecía inevitablemente su espíritu solidario y los atendía a todos: primero con una pequeña conversación para ir quitando el miedo, luego un diagnóstico inicial y luego la clásica charla para despistar y, en un momento de descuido del paciente, le aplicaba un movimiento justo y entraba hombros, rodillas, tobillos y cuanta otra lesión, con el consecuente grito del paciente que no se había dado ni cuenta de lo que hacía el maestro, porque esa era su técnica y todos los peralillanos la sabían, pero igual caían, igual ni se daban cuenta cuando les solucionaba su lesión.
Hoy que ya no está, se me viene a la memoria uno de los últimos momentos que viví con este "viejo Manuel", en un verano pasado, en su casa, bajo el sauce con un asado que hacían Patricio Rojas, el Mauricio Salazar y mi hermano Rodrigo; ahí estaba con su típico trajecito y su sombrero que no lo abandonaba nunca, y seguramente ahí seguirá, acompañando a los "jóvenes", entibiando la garganta con un vaso de vino y escuchando atento a su gente, haciendo rabiar a la Yamira que lo atendía como se lo merecía, con el respeto hacia sus 90 años de vida, con el cuidado hacia la gente que lo ha dado todo y que ya sólo recibe el cariño de los que lo rodean. ¡¡¡Salud, viejito Manuel, salud y descansa en paz!!!

domingo, septiembre 11, 2005


CINCUENTA LOS VERDES
Como no recordar la frase clásica de tanto partido de fútbl dominguero, "Cincuenta los verdes", y después venía el desafío y acercarse a la barra rival enrostrando el billete en la mano, con el copete algo subido y el brillo de saberse ganador ya desde el momento de dar el grito, porque al "chumingo" (Domingo Heredia) no le interesaba apostar, le interesaba gritar por sus colores, le interesaba ganar ese espacio del aire donde dejaba su sentimiento y nadie le podía quitar ese trono en su cancha y pudo pasear el grito por las canchas de la zona sin que nadie le llegara a hacer callar. Y yo desde mi infancia y adolescencia lo veía lanzar su grito al aire, seguido de alguno de los himnos del club, ¡¡ARRIBA LOS VALIENTES LUCHADORES!! y todos los presentes se sumaban y el canto llenaba sus espíritus de campesinos reunidos en torno a su ideal que, en este caso, era el CLUB DEPORTIVO PERALILLO.
Hoy que ha pasado el tiempo, el "Chumingo" ya no está físicamente en el pueblo, pero si en el recuerdo como tantos otros, hoy que es domingo, más encima el domingo de la fiesta del pueblo, el "Chumingo" debe estar gritándole a Dios si es que quiere apostar cincuenta a los verdes y estará cantando "ADELANTE PERALILLO QUE ME ALTERA TU MANERA DE JUGAR, ADELANTE PERALILLANOS..." y el coro será tanto viejo lindo que se ha ido, será tantas historias que pasaron y que trataré de llevar a estas páginas.

sábado, septiembre 03, 2005

DATOS GENERALES

El pueblo de Peralillo está ubicado en el Valle de Elqui, en la ribera sur del Río Elqui. Este pueblo parte en las inmediaciones de Vicuña, cerca de la Planta de la Pisquera CAPEL, desde allí sube por las laderas de los cerros hacia la cordillera llegando hasta el límite del pueblo de Andacollito, por lo cual su extensión es de aproximadamente 12 kilómetros. Toda esta extensión presenta la típica calle central o principal en la cual se ubica la mayoría de las casas del poblado, incluida la plaza y la iglesia. A partir de esta calle se enlaza una serie de callejones ascendentes, por ejemplo, hacia el sector de Villaseca o Lourdes; o descendentes, por ejemplo, hacia el sector del río y la carretera ruta 41, como también hacia el sector del asentamiento.
Además este pueblo tiene algunas subdivisiones, como las ya mencionadas por los callejones o el sector de El Durazno que también tiene su plaza e iglesia.

IGLESA DE PERALILLO ELQUI
Esta es la típica postal del pueblo, está al interior de la plaza, al costado de la Sede Social y la Escuela. (Al frente de la casa donde me crié que pertenece a mi familia Salas Madrid). Su construcción es muy antigua y presenta una nave central con una torre de tres pisos superiores, los cuales se dividen en la sección que ocupa el coro, luego los dos pisos donde estan las campanas. La historia de esta iglesia va profundamente ligada al pueblo y a sus personajes como el "cura Messina" que en la década del 60 y 70 educó en la religión a tantas generaciones de jóvenes y jovencitas. En el segundo domingo de septiembre se celebra la Fiesta Patronal del pueblo en homenaje a la Virgen del Carmen, este año corresponde al día 11, donde se espera la llegada de muchos peralillanos que vuelven especialmente para esa fecha o que se hacen presentes a través de regalos y cooperaciones económicas.








RELATOS SOBRE EL PUEBLO Y SUS PERSONAJES

MURIÓ EL PINDY
Sabes que murió el Pindy, te acuerdas de ese flaco que alegraba la vida de los demás por un trago de vino que entibiara sus huesos artríticos de toda una vida, digno y tragicómico con su chalequín plateado y sus pantalones de tela que parecían sacados de un lejano lugar de lujos y finezas; murió e incluso después de muerto fue un caballero, no permitió que el poder del dinero de su hermana afortunada se lo llevará para satisfacer quizás que escondido remordimiento, no , no pudo , pudo más el terruño, pudo más la fuerza de la gente que lo quería con su cara de payaso triste que le bailaba a la vida. Por eso lo sepultaron en el cementerio del pueblo, como quiere la mayoría de los nacidos en Peralillo. Por eso el pueblo se paralizó para su misa de sepultación y por eso fueron muchos los que lo acompañaran en su último camino hacia el cementerio.