domingo, octubre 16, 2005


















Historia casi verdadera del Golfo Pérsico.

Indudablemente que todo empezó hace muchísimos años con mis tíos Alberto Madrid Calderón y su esposa mi tía Carmen Cruz quienes se traían a su casa a sus amigos a tomarse un trago y a compartir los momentos de ocio de los trabajos agrícolas del pueblo, también a recordar sus pasados duros de la pampa salitrera en la cual mis tíos pasaron gran parte de su vida.

Era típico ver pasar a mis tíos, cualquiera de lo dos, pasar hacia su casa con una botella de vino y luego iban apareciendo los amigos, en ese tiempo don Ismael Astorga, el Domingo Heredia, Don Nataniel Michea y otros, podríamos decir que esta es la prehistoria del lugar; en esa época todavía era solamente una casita con huerto y que estaba muy bien ubicada casi al llegar a la calle principal por el callejón Valdivia, ya que no se molestaba a nadie en las sucesivas fiestas que ahí se realizaban y estaban cerca las botillerías y los negocios donde podían reabastecerse.

Pasó el tiempo y mis tíos nos dejan quedando la casa y el huerto a cargo de mi tío Enrique Madrid, el querido y recordado “malulo” q.e.p.d., desde ese momento comienza propiamente la historia, que incluye a algunos de los antiguos participantes como el chumingo y el Ismael, mi tío malulo por supuesto y que se van agregando ahora los amigos de mi tío como mi tio Raúl Arqueros, el Lucho Michea, don Recaredo Pérez, Don Vidal Valencia, el Callejas, el Isidoro Rivera, el Chispa y muchos otros; que se juntaban en el mismo lugar a tomarse unos copetes en las tardes o los fines de semana, de allí el nombre tan significativo que quizás a quien se le ocurrió“porque allí se podía sentir los cañonazos de copete, como en el Golfo Pérsico los cañonazos de los tanques y porque daba mucha sed por lo seco del citado lugar”.

De allí en adelante fueron varios los años en que el Golfo, a secas, es tema de conversación y se suceden las fiestas y el lugar pasa a ser un clásico más de mi pueblo. Era cosa de nombrar el golfo y cada peralillano sabía a que se estaba refiriendo, incluso se podía nombrar a la mayoría de los integrantes y el mito ya se había armado y hoy yo lo traigo a las palabras que escribo. Cuantas historias tienen que haber pasado en ese lugar, cuantas anécdotas cotidianas que sólo están en la memoria de sus integrantes y que tienen que haber dado momentos de felicidad para ese montón de viejos queridos.

Hoy que ha pasado el tiempo y que también nos dejó mi tío malulo, se hizo cargo del lugar mi primo Alberto con su pareja la Mariela Valdivia, por lo cual la historia del golfo se ha detenido, pero yo creo que más que detenerse se movió unos metros hacia arriba por el callejón Valdivia, hasta el mítico sauce de la casa de doña Wilda Rojas, donde muchas noches, sobretodo en verano, un grupo grande de jóvenes inquietos se reúnen bajo el amparo del Santiago y del Jorge, entre otros con el rambo, el chester, el negro tatai, la Jocelyn, el Felipe, el Víctor y la flaca Alejandra, el Pedro , el Sebastián, el Hernán, el Eduardo y varios invitados que llegan sobretodo en vacaciones de verano desde otras regiones e incluso desde el extranjero llenando de vida las noches veraniegas. Ellos y ellas son los auténticos herederos del golfo, ellos y ellas ya están haciendo historia, la futura historia del golfo que ahora esta bajo el sauce y que espera ser vivida para en el futuro ser escrita por alguno de sus participantes…

Salud viejos queridos del golfo y salud a aquellos queridos jóvenes y jovencitas del golfo parte dos “el regreso” en versión el sauce…

1 comentario:

Anónimo dijo...

ohh!
sipu..
algunos llegamos solo pa' las
vacaciones..=)
pero se pasa muy bien ahy!
ojala podamos ser el "Golfo Persico" version 2.0, renovada y todo..=P

y esop!

me encanta que escribas del pueblo...

_MiLiS