miércoles, septiembre 12, 2012

NOS HA DEJADO UNA BUENA MUJER, LA QUERIDA MAMÁ RITA







En estos días de primavera en que he estado en mi pueblo para la Fiesta Patronal, pensaba escribir sobre esas vivencias tan emocionantes, pero debo detener  la pluma para recordar a una  de las viejitas lindas de mi tierra. Nos ha dejado  la “mamá Rita”, esposa, madre, abuela y bisabuela de una querida familia Peralillana, los Arias Alcayaga, grandes amigos, agricultores, deportistas y dirigentes de nuestro pueblo. 


Ella, infaltable junto a su esposo,  Rubén Arias “Don Kako”, que la llora en estos momentos,  al igual que todo Peralillo, siempre será rostro querido y extrañado en las calles y eventos de nuestro pueblo.












Uno de los recuerdos más emocionantes que he tenido en los últimos tiempos en mi pueblo, tiene que ver con ella.  Ocurrió hace algunos años en unas vacaciones de invierno en que junto a Jano Valencia, pudimos asistir a la inauguración  o ampliación de la  sede del Club de Adulto Mayor “Luz de Luna”. La ceremonia en sí estuvo llena de emociones como las distintas presentaciones artísticas de estas viejitas y viejitos lindos, los discursos, los bailes a los que fuimos sacados a bailar por muchas de ellas y las diferentes conversaciones que iban surgiendo con muchas de ellas  que han sido parte de mi infancia  pueblerina.  



Enseguida viene el momento más emocionante cuando todos ellos y ellas, empiezan a cantar el himno de los adultos mayores, con la “Mamá Rita” a la cabeza, allí ver sus rostros tan queridos y escuchar la letra que nos decía a todos que no los dejáramos solos, que sus cuerpos estaban cansados  pero sus espíritus eran jóvenes y que sólo necesitaban de nuestro cariño, de inmediato se nos hizo un nudo en la garganta y al terminar el abrazo surgió espontáneo y emocionado.  Siempre te recordaré “Mamá Rita”, por esa emoción y por todos los momentos en que nos topábamos y surgía cariñosa   la palabra de saludo, la pregunta por su amigo Manuel Madrid y los demás miembros de mi familia.






 

















También tengo que recordar que hace un par de años, la encontré sentada como muchas veces en la salida del callejón donde estaba su casa, tomando solcito junto a su viejo. Inevitablemente tuve que detener la camioneta para saludarlos y surgió de inmediato una amable conversación como siempre y afortunadamente pude sacarle esta foto que pongo en este blog para el recuerdo de todos. 



A su familia el más grande abrazo desde estas lejanías y el consuelo de que esta buena mujer peralillana estará alegrando el cielo con su amable figura y nos cuidará desde allá como lo hacía en esta tierra nuestra de cada día.

1 comentario:

Luis Esteban Arenas Arias dijo...

Tengo el orgullo de ser sobrino de ellos y mis mejores recuerdos de niñez están en la casa de Peralillo. Fui acogido muchas veces, siempre con gran cariño por ellos mis muy queridos viejitos del Norte (Vivo en Santiago). Era emocionante el amor que ellos demostraban y pienso en lo triste que debe estar mi tio Caco. Realmente se nos fue una persona muy valiosa. Dios te bendiga Tia Rita.