MURIÓ EL VIEJO ZAPATERO DEL PUEBLO

Hace unos días me enteré de la sensible muerte de un querido personaje del pueblo, DON ABEL GAJARDO, un gran servidor que con su noble oficio de zapatero fue parte de nuestras infancias, cuando en esas épocas lejanas y ahora casi increíbles nuestros calzados se mandaban a reparar cuando necesitaban un cambio de suela, una tapilla, una costura u otro tipo de arreglo. Cuántas veces tuvimos que llevar nuestros zapatos a su casa taller, al lado del canal de Lourdes y entrábamos a su lugar de trabajo donde veíamos múltiples zapatos, pedazos de suela, los implementos de su trabajo y el infaltable olor a neoprén y pasta de zapato negra o café, que inundaba todo el lugar.

También este personaje trabajó mucho tiempo en mi casa, el querido "Choro Abel", que acompañó a mi padre en tantos años de trabajo agrícola; él en esa época llegaba en su bicicleta y siempre tenía una sonrisa y un buen gesto con nosotros y la mayor dedicación para sus múltiples trabajos con mi familia.

Últimamente lo vi algunas veces en el verano y siempre me saludaba amablemente y conversábamos un rato, ya casi no lo veía en bicicleta y su trabajo ya hacía muchos años que lo había traspasado a su hijo Segundo Gajardo.

Por eso al enterarme de su muerte creo que alguna parte de la infancia y del pueblo se ha ido, creo que el tiempo se está mostrando en la gente que es y ha sido parte de la infancia pueblerina.
Por eso, sólo me queda decir: "GRANDE CHORO ABEL Y QUE DIOS ESTÉ COMPLACIDO DE TENER UN VIEJO ZAPATERO A SU LADO"