CRÓNICA DE UN VIAJE MUY ESPERADO
CAPÍTULO I.
Lanzamiento del libro: “Peralillo
Elqui: Tradición en hombros de hombres de campo”.
Parte cuatro.
CANO RAMOS
Querer a un pueblo es un sentimiento que hay que
demostrar en todos los momentos y en todos los lugares y este amigo que
presentaré a continuación así lo hace: en la cancha y en la escuela, en la
calle y en cada casa peralillana, con una sonrisa amable para todas las
personas; en este caso, como educador que es,
también se alegra cuando un alumno o alumna logra un aprendizaje
significativo y se alegra aún más cuando un ex alumno o ex alumna logra
concretar su proyecto de vida.
Él proviene de una de las familias
peralillanas que más han demostrado este sentimiento, se trata de la gran cofradía de los RAMOS. Por eso, y como querer a un pueblo también es
cosa de locos, dejo con ustedes, con mayo o sin mayo, a Washington Alejandro
Ramos Araya, el Cano Ramos, quien nos presentará sus vivencias sobre el Cerro Grande de Peralillo a través del
texto llamado:
El
vigía
Las añañucas, azulillos, terciopelos,
te cubren en las primaveras lluviosas
te vistes de galán y vigilas a tu hermoso
pueblo.
Recibes las visitas encantado
después de las lluvias del invierno,
cuántos
nos encontrábamos con tu esencia,
tu
aroma perfumado de salvias.
La nieve que cubre delicada tus laderas
son
tentaciones de niños en el tiempo.
Cada uno prepara su próxima aventura
pontón del gallo, el agua grande o el socavón
todas
eran rutas optativas para conquistarte.
Una vez en la cumbre emocionados
nos
muestras la belleza del paisaje
nuestras miradas perdidas,
danzan
a través de las montañas
con el corazón inquieto y el rostro iluminado.
Gritamos con la fuerza de un volcán hoooolaaaa
y tuvimos la respuesta,
cien mil voces se estrecharon en el infinito
danzábamos, cantábamos, soñábamos,
sólo tú entendías las emociones del momento.
Una vez compartida tu cumbre,
nos deslizábamos por tus cabellos
uno a uno saltando brincando hasta llegar a
tus pies
agitados de emoción al visitarte una vez más.
Vigía tú tienes en cuenta es cierto,
los que te han abandonado por un tiempo
parte de ti se va con cada uno de ellos
pero veo en tu imagen silenciosa
la alegría cuando uno de los nuestros regresa.
Eres mágico, cerro grande de Peralillo.